domingo, 20 de junio de 2021

El 20 de junio se conmemora el Día de la Bandera en homenaje a Manuel Belgrano, quien falleció un 20 de junio de 1820.

 


    Belgrano fue una figura destacada del ciclo histórico y político que se abrió con la Revolución de Mayo. Fue abogado, político, militar, propulsor de proyectos económicos. Entre las muchas acciones que protagonizó, una de las más destacadas fue la creación de la Bandera Nacional en 1812. Ese año, el Primer Triunvirato lo había nombrado jefe militar del Ejército del Norte para vencer a las resistencias realistas reagrupadas en el Alto Perú. Fue en este momento cuando Belgrano, sin una orden previa, creó en las cercanías de Rosario una bandera con una franja celeste y otra blanca que se convirtió luego en referencia de la que sería la Bandera Nacional.

    Belgrano peleó muchas batallas, pero no siempre las ganó. Por eso, lo que se rescata de su figura no es el éxito, sino su ejemplo moral, que se convirtió en ejemplo para pensar los derechos y las obligaciones ciudadanas. Suele ser evocado como aquel civil que eligió abandonar sus intereses privados para sellar un compromiso inquebrantable con dos acontecimientos centrales de la historia argentina: la Revolución y la Independencia.

Una Bandera, un símbolo.

    Una bandera es un símbolo. ¿Y qué quiere decir eso? que es un elemento u objeto material que, por convención o asociación, se considera representativo de una entidad, de una idea ¿Y que es esa «idea» que representa la bandera? Podemos decir que la idea de nación, de pertenencia colectiva: la República Argentina. 

    Llegar a tener una bandera común no fue fácil: hubo un largo proceso de luchas internas y con otras naciones. Por eso, la bandera no fue siempre así como la conocemos, en distintos momentos históricos tuvo otro diseño y otros colores. Veamos alguna de ellas...

Bandera izada por Belgrano en Rosario, 1812. 

 

    Esta bandera fue hecha con los colores de la escarapela. Fue levantada en Rosario por la batería Independencia, una parte de las tropas del ejército comandada por Belgrano. Semanas después, una bandera similar fue confeccionada, izada y bendecida en Jujuy, en el segundo aniversario de la Revolución de Mayo. En ambos casos, se trató de una iniciativa de Belgrano, quien creía necesario contar con un símbolo que distinguiera a las tropas patriotas para levantar su moral durante el combate. En las dos ocasiones fue reprendido por el Triunvirato porque «tener una bandera» era equivalente a una declaración de independencia, algo que el Triunvirato no estaba decidido a hacer.

    La bandera fue enarbolada nuevamente en septiembre de 1812 luego del triunfo en la batalla de Tucumán. Belgrano la llamó «Bandera del Ejército». Lo mismo hizo en la batalla de Salta, en febrero de 1813; y en las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma (octubre y noviembre de 1813).

    Cuando San Martín asumió el mando del Ejército para cruzar los Andes recibió del propio Belgrano una bandera con este diseño. Como sostienen los historiadores Guillermo Palombo y Valentín Espinosa en Historia de la bandera argentina. Con una relación cronológica de disposiciones legales y reglamentarias, la bandera de Belgrano, conocida como «Bandera de la patria», fue ganando terreno lejos del teatro de operaciones de la guerra. Se la vio en la iglesia de San Nicolás en mayo de 1812 y en los festejos por el triunfo de la batalla de Tucumán en la ciudad de Buenos Aires. 


Bandera institucionalizada por el Congreso de Tucumán, 1816

 

    En 1816 el Congreso de Tucumán institucionalizó la bandera con dos franjas celestes y una blanca en el medio. Primero la nombró «bandera menor» para usar solo en «ejércitos, buques y fortalezas», pero al poco tiempo, por pedido del director supremo Juan Martín Pueyrredón, la designó como bandera oficial. Debía tener tres franjas, la del medio debía tener el doble de tamaño para que, en caso de guerra, tuviera el dibujo de un sol. El color de las otras dos debía ser más azul celeste que celeste.

Bandera usada por José Gervasio Artigas, 1814/1820.

 


    Existieron distintas versiones de la bandera utilizada por Artigas en el tiempo de la Liga Federal o Unión de Pueblos Libres conformada entre 1814 y 1820 por la Banda Oriental y parte de las actuales provincias argentinas de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Córdoba y Santa Fe. La más conocida es la bandera cuyo diseño «polemiza» con el de la bandera celeste y blanca a través de una franja roja que la cruza de punta a punta, cuya función sería representar la sangre derramada en favor de la defensa de la autonomía de los pueblos.

Bandera utilizada por Juan Manuel de Rosas, 1829-1832.

 


    La bandera utilizada por la Confederación durante el liderazgo de Juan Manuel de Rosas también disiente de la «celeste y blanca». Durante su primer mandato (1829-1832), Rosas cambió el azul celeste por un azul profundo, ya que la bandera celeste se asociaba usualmente con los unitarios. Durante su segunda gobernación (1835-1852), le agregó cuatro gorros frigios en los vértices, los símbolos distintivos de la Federación.


Bandera actual



    El Congreso Constituyente de 1853, al que no adhirió la provincia de Buenos Aires, volvió a los colores celeste y blanco con el sol en la franja media, tomando como referencia la bandera consagrada por el Congreso Constituyente en 1816.      

    Una modificación que incorporó fue el cambio de proporciones entre las franjas: la blanca debía tener el mismo ancho que las celestes. Esta versión de la Bandera Nacional se asemeja a la que hoy conocemos. En 1938 se consagró al 20 de junio como Día de la Bandera. A partir de 1985, ya en tiempos de democracia, se decidió que el sol de la bandera no debía ser considerado como símbolo de guerra, sino como evocación del «Sol de Mayo».

María Catalina Echevarría, la responsable de confeccionar aquel primer paño celeste y blanco.

 

    María Catalina era hija de inmigrantes vascos. Conoció a Belgrano por medio de su hermano, Vicente Anastasio de Echevarría, un hombre de activa participación política en la época. En 1812, los Echeverría hospedaron a Belgrano en su casa, en la entonces Villa del Rosario, donde este había llegado para inaugurar un pequeño fuerte para contener el avance de los realistas.

    Ante la necesidad de contar con un símbolo distintivo para sus tropas, Belgrano le pidió a María Catalina que confeccionara la primera bandera nacional, blanca y celeste con hilos dorados, conforme a los colores de la escarapela. El trabajo le demandó cinco días y lo realizó con la colaboración de dos vecinas cuyos nombres, han quedado en el olvido.

    María Catalina Echevarría no solo confeccionó la enseña patria. También asistió a la ceremonia de jura, a orillas del Paraná, a pesar de que no era común que las mujeres participaran en ceremonias militares. De esta manera, ingresó en la historia aunque año tras año insistamos en olvidar su nombre.

  fuentes:https://www.educ.ar