lunes, 7 de septiembre de 2009

..Un policial de Guada Nieto


Es obvio que su esposa lo había matado, su mirada de loca lo denunciaba. EL policía encargado del crimen se llamaba Marcos. ¿Por qué se interesaría contarles una tragedia ya resuelta?, le preguntó el hijo de Marcos, Lucas.
_No es sólo eso. No creo que su mujer lo haya matado_
Marcos habló con un testigo, éste le dijo que la mujer de Paolo lo amaba, era normal; el testigo lo veía ir a comprar con su hijo Jalí, todos los días. Esto comprobaría su teoría, la mujer parecía inocente: su locura era producto de la pérdida.

El hombre tenía 50 años, era un señor sociable pero peleador en su vida. Su cabello rubio rizado llamaba la atención al barrio. Su sociabilidad complicaba la situación. Lo habían raptado y no habían pasado cinco meses desde que no lo veían, todos o al menos a los que les convenía poseer sus bienes no dudaban que el hombre había sido raptado solamente.
El investigador Marcos Sopló pidió permiso a la señora Rosa para charlar con Jalí. Ella, que era la niñera le comentó que el niño, desde que habían mandado a su madre al psiquiátrico, no emitía media palabra; _lo intentaré_ y lo dejó.
_Hola, soy Marcos, y quiero ayudar a Natalia.
_Mentira, vos sos otro más que quiere acusar a mi mamá
_Te lo juro, no creo que tu mamá sea culpable, para demostrarlo necesito que me digas quién puede haber raptado a tu padre.
_Ricardo,_dijo el pálido chico_¿Vas a volver,?quiero a mi mamá, no quiero perderla, la amo.
_Te lo prometo Jalí

Ricardo era un amigo cercano a Natalia, pero luego de hablar con él comprobé que no era él definitivamente.
Volvió a la mansión de Jalí y le comentó lo sucedido.
_¿A qué Ricardo fuiste a ver?-dijo el pequeño.
_A tu tío postizo_
_No. Ese Ricardo no mataría ni a un mosquito.
_Si. Lo noté.
_Hablaba de Ricardo, el limpiador de autos, siempre se peleaba con mi padre. Un día le dijo a mamá que no se sorprendiera si se quedaba viuda.
_Bueno, hoy voy a verlo.
_Voy con vos._Sostuvo Jalí.
_Está bien. Así nos fuimos por la puerta trasera, allí nos dijeron que Ricardo estaba muerto, se había suicidado.
Fuimos a las afueras de Italia, allí encontramos el cadáver de Ricardo todo ensangrentado. Me sentí culpable porque Jalí parecía traumado.
Luego revisé yo mismo al muerto sobre el césped, en su camisa manchada encontré una carta.
“Lo lamento, dejaré la vida. Participé del secuestro del secuestro de Pablo Comte…no se detenga..puede lograrlo.”
P.D.: Rosemberg 2972

En esa dirección quedaban sólo restos. Allí encontré una puerta tapada con cenizas y debajo un sótano. Jalí gritó de alegría, y de miedo..su padre se hallaba aún vivo, pero inconciente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Guady, un placer!!

Anónimo dijo...

MUY BUENOOO =)

Anónimo dijo...

MUY BUENOOO =)